Profesora certificada de Hatha, Vinyasa Yoga y Yin Yoga. Formada además en Yoga Prenatal y Masaje Tailandés y en continua formación con diferentes profesores y en diversas disciplinas que conforman el trabajo holístico y global que caracteriza su trabajo. Sigue estudiando y formándose con Amanda Dee (biomecánica y anatomía) , Hari Dasa (sánscrito, historia y filosofía Vedanta) y Beatriz Aracil (Yin Yoga) entre otros.
Directora de la Formación de Profesores de Yoga “The Roots: Raíces, Ciencia y Alma 250H” .
Es, junto a Laura, codirectora de Samsara.
Dicen que son muy diversas las razones por las que cada persona se acerca al Yoga y que no tiene por
qué cambiar tu vida, pero a mí el Yoga sí me la cambió , le dio la vuelta a mi mundo y creo que puede
dársela al de todo aquel que lo practica con pasión, atención y escucha.
Me acerqué al Yoga en un momento de búsqueda personal y gracias a mi tía, pionera en impartir Yoga
en la Región, me fue fácil introducirme en esta increíble disciplina que, poco a poco, me fue atrapando.
Fue hace más de 12 años cuando asistí por primera vez a una clase de Yoga, aunque por aquel entonces no me imaginaba todo lo que estaba por llegar.
Poco a poco, fui profundizando más en este mundo hasta que el Yoga se fue haciendo un hueco cada vez
mas grande, convirtiéndose en mi forma de vivir, de interactuar, en mi rutina, mi medicina y mi
profesión. Ser profesora de yoga es lo mas increíble que me ha sucedido nunca y cada día que tengo la
oportunidad de serlo, me siento la persona mas afortunada del mundo. Ahora dirijo junto a Laura
(benditas casualidades) un precioso estudio en el corazón de mi ciudad, y todos esos sueños y proyectos
que esbozaba en una libreta se plasmaron en Samsara, de la forma más bonita que podía haber
imaginado.
Me formé oficialmente con Amanda Dee, quien mejor podía satisfacer mi inquietud por un yoga muy
específico basado en alineación, anatomía y biomecánica, a la par que exigente a nivel físico y que ha
supuesto las bases de un aprendizaje constante y de mi forma de enseñarlo y transmitirlo.
Mi práctica diaria es la fuente de la que surge mi exploración personal del Yoga, y en cada una de mis
clases transmito lo que representa para mí, lo que vivo, lo que siento y lo que practico, como no podía
ser de otra manera. Busco acompañar a mis alumnos en este camino tan único y especial, para que se
descubran, se conozcan, se quieran, se respeten y se sientan como nunca. Cuando los observo practicar
sintiéndose, fluyendo y los escucho respirar al unísono, me emociono como el primer día.
Soy una enamorada de la escalada, el alpinismo y todo lo que suponga un contacto directo con la
naturaleza, y una apasionada de los viajes a cualquier lugar, del deporte, la cocina saludable, la lectura,
el aprendizaje integral y los lunes.